Es un juego que se adapta a las diferentes edades del bebé. En torno a los tres meses de edad, el bebé empezará a comprender a la perfección el mecanismo del juego, y a partir de los ocho meses será él quien quiera esconderse de ti para sorprenderte.

Puedes jugar desde los primeros meses del bebé y no necesitas inversión económica.

Permite reforzar el vínculo.

Fomenta la comunicación, en su nivel inicial, el diálogo no hablado.

Desarrolla la paciencia.

Favorece el desarrollo cognitivo: ejercitando la memoria y concentración.
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