sábado, 27 de abril de 2019

JUEGOS DE CONSTRUCCIÓN


Estoy segura de que habéis oído hablar muchas veces de los juegos de construcción y que incluso vuestros hijos tienen no sólo uno, sino dos o en algún caso más de dos de ellos en casa. Pero ¿sabemos realmente por qué nuestros hijos no siempre juegan de la misma forma con ellos? o ¿qué capacidades desarrollan este tipo de juego? A continuación podéis encontrar más información acerca de los juegos de construcción, os sorprenderá la multitud de beneficios que regalan al desarrollo de vuestros hijos. No os lo perdáis.
¿EN QUÉ CONSISTEN?
    Se trata de un conjunto de piezas, de formas iguales o diferentes, con las que pueden hacerse múltiples combinaciones, creando distintas estructuras.
ETAPAS EN EL JUEGO
    En las primeras etapas  se trata sobre todo de un proceso de manipulación de las piezas, de observar colores y texturas, que cada vez son mayores. Las agrupan, las lanzan, las meten y las sacan de la caja o bolsa, las comparan unas con otras, etc. No es hasta aproximadamente dos años cuando se  entretienen apilándolas en torres, y más adelante esas construcciones irán tomando diferentes esculturas de una forma cada vez más creativa. A continuación podemos ver algunas fases más claras:
1. Observación y manipulación: el niño descubre las piezas y se familiariza con ellas. Siempre con ayuda de un adulto, el niño aprende a encajar las piezas del puzzle.
2. Experimentación y coordinación: se divierten encajando piezas y elevando torres, desmontándolas o al ver cómo se derrumban! 
 3. Pre-construcción e imitación: el niño logrará hacer construcciones imprecisas, dándole nombres de animales o edificios, sin que se asemejen a objetos reales. 
  4. Etapa de construcción: durante esta etapa mejora su coordinación motora fina al construir con mayor destreza. Sus creaciones van aumentando en nivel y grado de dificultad, favoreciendo el desarrollo de su inteligencia.

BENEFICIOS DE LOS JUEGOS DE CONSTRUCCIÓN

1.    Favorecen el desarrollo de las habilidades motoras finas, en los inicios el acto de coger los bloques sirve como practica para agarrar los objetos, y fortalecer los dedos y las manos del niño. Más adelante al requerir destreza para montar los bloques sin que caigan, mejoran la coordinación ojo-mano y fortalecen sus dedos y sus manitas.

2.    Aumentan su creatividad y estimulación mental: el niño aprende a pensar de manera lógica. Después de varios intentos de construir algo y viendo los bloques caerse, el niño aprende que los bloques tienen que estar dispuestos y colocados correctamente para lograr su objetivo.  Los niños más grandecitos se darán cuenta de que necesitan una base fuerte para que su castillo no se caiga. Estas habilidades de pensamiento lógico son cruciales en el desarrollo intelectual de los niños.

3.    Desarrolla su vocabulario: los pequeños aprenden los nombres de los colores, formas y tamaños de bloques de construcción.

4.    Mejoran sus habilidades matemáticas: Las habilidades matemáticas se agudizan cuando un niño aprende a sumar o restar el número de bloques de construcción necesarios para construir una estructura. Por lo tanto, es fácil ver por qué los bloques de construcción son una gran herramienta de aprendizaje preescolar.

5.    Fomentan la interacción social : los bloques de construcción son el tipo de juguetes que un niño puede compartir con otros. Ésta es una de las primeras formas de trabajo en equipo.

6.    Mejoran notablemente la concentración. Tanto si juegan solos como en equipo, las construcciones les exigen la máxima concentración. Cualquier despiste puede ser una “catástrofe” para su estructura… Por lo que no es extraño oír padres y madres que digan: “¡Mi hijo se entretiene un montón con los bloques!”.

Como veis, los juegos de construcción no son solamente un montón de piezas que desparramar. Además de entretenerlos, tienen múltiples ventajas para su desarrollo integral, por lo que se convierten en un gran aliado de los niños en edad preescolar. Eso sí, nunca debéis forzar a vuestro pequeño a que aprenda o descubra. Todas estas, y otras, habilidades deberá encontrarlas por sí mismo. Vosotros sólo estaréis a su lado para aquello que necesite. Al fin y al cabo sólo es el principio de toda una vida de descubrimientos infinitos.

viernes, 26 de abril de 2019

AMIGO IMAGINARIO


Los amigos imaginarios pueden ser de distinta naturaleza, como personas u objetos, peluches, monos o personajes inventados. Y es con ellos con quienes el niño tiene un espacio para conversar, jugar y pelear.
    Los amigos imaginarios le sirven para sentirse más acompañado, expresar sus propios sentimientos, proyectar sus deseos, satisfacer sus necesidades o, incluso, para tener a alguien a quien culpar cuando no hace algo bien. Y también benefician a los padres, que pueden conocer más a sus hijos, ya que estos suelen poner en boca de sus “amigos” sus propios deseos, sus miedos, sus expectativas…
   Principalmente este fenómeno se da en niños que son hijos únicos o que conviven solos con el mundo adulto y que no han ingresado todavía a una escuela infantil, a un espacio de sociabilización.
    Por lo tanto, sus amigos imaginarios surgen para satisfacer algunas necesidades que no se les brinda en su medio. Hay autores que también plantean que surgen debido a que el niño presenta carencias afectivas.
     Generalmente se da en niños más sensibles que están mucho más conectados con la imaginación y con la con la fantasía
   Se supone que este fenómeno se da en un periodo que no abarca más allá de los seis años, ya que termina cuando los niños se incorporan al colegio y tienen otros amigos con quienes conversar, pelear, discutir o jugar.
  Si se extiende en el tiempo y a pesar de que el niño ya está en el colegio no sociabiliza con sus compañeros, si tiene una conducta retraída podría transformarse en un problema. En ese caso se debe consultar a  un especialista.
El principal consejo para los padres es que entiendan que no es algo patológico ni anormal. Los padres deben mantenerse neutrales frente al amigo imaginario de su hijo, aunque les parezca divertido. No debe estimularse ni reprimirse al niño. Es aconsejable la observación discreta para conocer mejor al hijo.
    Es importante que el niño reparta su tiempo entre el amigo imaginario y amigos reales, también que juegue con sus padres.


El amigo imaginario no debe ser motivo de preocupación a menos que impida al niño funcionar normalmente, o que le reste deseos de jugar con niños reales, o en caso de que se tornen agresivos.
   Los amigos imaginarios desaparecen de manera tan repentina como aparecen, generalmente entre los 6 y 7 años de edad, cuando el niño comienza la escuela y tiene desarrolladas plenamente las funciones lógicas, de lenguaje, inteligencia y memoria.

EL NIÑO DE 2 A 3 AÑOS


CAPACIDADES FÍSICAS

A los  2 años, los  niños suelen desplazarse ya con facilidad, controlando cada vez más la  velocidad, la fuerza,  la dirección. Aumenta la precisión y la rapidez de sus  movimientos, y cada día se producen  nuevas adquisiciones en los  gestos cotidianos: comen  solos, se  visten o “ayudan” a que los vistan, se suenan la nariz, intentan ponerse o  quitarse los zapatos, bajan  y suben escaleras, se deslizan  sobre  vehículos con ruedas, se columpian, se tiran por  el tobogán, traspasan un  túnel, saltan  con los pies juntos, se  sostienen  a la pata coja, etc. La escuela debe responder a esta necesidad tan marcada de progresar en el control  del  movimiento,  con un espacio adecuado, con libertad de desplazamientos, con actividades motrices.
La manipulación fina se está desarrollando a esta edad: realizando  construcciones; jugando con encajables; manipulando arena, agua, masas; sosteniendo pinceles, brochas o lápices; doblando y pegando papeles; empezando a usar  instrumentos como  tijeras, martillo, etc. El niño ya entiende el uso de  todos estos objetos y supone  un reto su  utilización precisa y  autónoma. Controla cada  vez  mejor sus dedos y también  va apareciendo la lateralización, la predominancia de uno u otro pie, mano, ojo, que los  educadores empezarán a observar a través de  las actividades espontáneas.

CAPACIDADES INTELECTUALES

El desarrollo cognitivo de los niños y niñas de  2 años es ya importante. El  pensamiento lo  construyen desde  la acción  y la  manipulación. En  cuanto a los  objetos,  ya pueden  diferenciar sus características principales, alinear, agrupar. Empieza su  razonamiento  matemático, reconociendo  formas iguales,  iniciándose en la ordenación  y clasificación  según criterios  sencillos. Ya están consolidando la noción de  permanencia del objeto.
Comienzan a  utilizar los símbolos,  imágenes, palabras, trazos  sobre  un papel,  para  representar objetos, personas, situaciones o hechos.  Son capaces de  evocar  algo que ha  sucedido y  reproducir  mediante gestos  o acciones  lo que hacen otras personas. Pueden  confundir  la ficción  y la realidad,  suelen  aparecer  los primeros  temores y son capaces  de ponerse ya en el lugar del otro.  Las actividades  de  juego simbólico, los materiales para  pequeñas dramatizaciones y las experiencias  de expresión son motivadoras e interesantes a esta edad.
 Su percepción del  tiempo, todavía incipiente, está  asociada  a un espacio  diferente.  Por ello  es importante la organización  de la  rutina  cotidiana y el refuerzo verbal de los educadores al ir nombrando  cada  momento e introduciendo los  términos  espaciotemporales  mas habituales.
Los niños  y niñas de  2 años  se comunican principalmente con el adulto, si éste muestra confianza, cercanía  y disponibilidad, y le  anima  a dirigirse  a sus compañeros. Se comunican  con  su  cuerpo, con sus  gestos, y progresivamente con  palabras.  En la escuela infantil  van a mejorar su expresión, y convertirla  en un lenguaje  más universal que el que han usado en casa.  El adulto  aceptará su lenguaje, sin exigencias;  le hablará, le ayudará   a expresar  con palabras lo que le ocurre. Hay mucha variedad en el uso  del lenguaje verbal  entre niños  y niñas  de 2 años.  Así,  algunos dicen palabras sueltas, otros  forman  frases, pero su  comprensión es muy alta y van a aprender  muy  rápidamente durante este curso. Además,  hoy día  nos vamos a encontrar situaciones de diversidad lingüística, que  manejaremos con naturalidad, valorando por  igualdad distintas lenguas, enriqueciendo  progresivamente  su  capacidad comunicativa infantil en  la  lengua  de la escuela, que   es la que el niño va a asociar  con su educadora y   sus  compañeros y compañeras.

CAPACIDADES AFECTIVAS

A los  2 años, los  niños pueden  aceptar la separación  de sus  familiares, sabiendo  que es una separación temporal, pero  ello ni impide que los  primeros días el proceso de adaptación  conlleve  una  dificultad emocional importante.  Por ello,  la confianza con la  familia y la  relación que se establece enseguida entre la criatura y el educador o la educadora son elementos claves para afrontar con éxito la  adaptación. Los objetos transicionales, el álbum  individual,  las fotos de las  familias, etc., son instrumentos  que  facilitarán este  proceso.
Los niños y niñas de  2 años demandan   la atención  de los adultos, buscan el  protagonismo y la aprobación. Comparten  el afecto con muñecos y objetos, hablan con ellos, y  sufren  si se ven privados de afecto.  Están aprendiendo  a desarrollar su   sociabilidad, a partir  de la observación  y la imitación del otro. Por otro  lado,  empiezan a reconocer  las diferencias sexuales, tienen  curiosidad por el otro  sexo, y se tocan cuando están desnudos.
 A esta edad, los niños quieren hacer cosas por sí mismos, quieren ser  autónomos,  “mayores”; tienen su propio criterio y lo mantienen  con fuerza. Es una  etapa de oposición, que indica la necesidad de iniciar su propia  vida, con sus decisiones. Los educadores respetarán  este momento, clave para el desarrollo de su autonomía, poniendo los  límites imprescindibles para la vida en común, pero dejando  márgenes de libertad para que desarrollen esta tendencia, para que se inicien  en su  responsabilidad  a la hora de  elegir y comprometerse con algo. Debemos evitar un exceso de control y advertencias sobre eso.
Los niños y niñas de 2  años pueden  adquirir  ya los principales hábitos de autonomía personal, su  logro va íntimamente relacionado con  el  afán  de hacer  las cosas por sí mismos.  El control de esfínteres durante el  día suele conseguirse en este año, de forma natural, a través de la  observación e  imitación de sus  compañeros y compañeras, con el  acuerdo y coordinación  entre  educadores y familia,  apoyando siempre su autonomía y  autoestima personal.
Les encanta lavarse las manos, servirse la  comida, recoger sus platos, recoger los juguetes, desvestirse y descalzarse para la siesta… Son actividades que irán  aprendiendo  a lo  largo de este año. En  cuanto  a la  alimentación, ya comen alimentos sólidos,  van adquiriendo los principales hábitos alimenticios, y definen con firmeza sus preferencias.

CAPACIDADES SOCIALES

La socialización se  inicia  a esta edad, compartiendo con los demás objetos y  juguetes,  y también la atención del educador o educadora. Su juego se desarrolla principalmente en paralelo con sus  compañeros,  aunque   va avanzando  hacia  una progresiva colaboración. Pueden darse conflictos, pegarse o morder,  pero  la reconciliación y  el consuelo  forman parte  de la vida en  el  grupo, y la vida de la escuela se convertirá  en un  lugar “privado” del que poco  hablará en el  ámbito  familiar.
Al final del  ciclo  0-3, los niños y niñas muestran interés por participar en situaciones colectivas, en  torno a un objeto o una  actividad. Juegos  en grupos  propuestos por la educadora, canciones, conversaciones y lectura de cuentos pueden ser una  fuente de disfrute.
A  esta edad es importante mostrar el valor de los acuerdos y las normas para que la dinámica cotidiana sea fuente de placer y un marco  en el que se respetan las diferencias.




MI HIJO TARTAMUDEA


Much@s niñ@s, en la edad de afianzamiento del lenguaje, pasan por una etapa de disfemia evolutiva, en la que se producen repeticiones, bloqueos o prolongaciones. Algun@s mantienen esas disfluencias, adoptan como suya esa forma de hablar y es cuando puede convertirse en un problema de difícil solucion. Los adultos de su entorno podemos ayudar a que esto no suceda con unas sencillas pautas:
1. Procurar no hacer alusiones a su forma de hablar: no ayudarle ni corregirle cuando hable mal o se atasque (cuidado con el lenguaje no verbal).
2. No interrumpirle cuando esté hablando, es conveniente dejarle terminar la frase.
3. Hacerle las preguntas una a una, esperar que responda a la primera, para plantearle la segunda.
4. Es preferible hablarle de uno en uno, no más de una persona a la vez.
5. Procurar hablar despacito con el niño todos los días, al menos un cuarto de hora (se puede estar un ratito leyendo y después comentando la lectura), donde se le anime a hablar y se le elogie lo bien que lo hace.
6. Es probable que haya días en los que la disfluencia sea mayor, hay que tener especial cuidado en seguir estas pautas.

Estas PAUTAS DE ACTUACIÓN FRENTE A LA DISFEMIA fueron cedidas por Pilar García Mostazo (Logopeda)