lunes, 9 de diciembre de 2019

JUEGO HEURÍSTICO


Es una actividad que aprovecha las acciones espontáneas de los niños y niñas, al tiempo que las potencia. El niño aprende a descubrir por sí mismo las cosas, realizando aprendizajes individuales ya que entre gran cantidad y variedad de elementos, seleccionan, distinguen, comparan, los colocan en serie, apilan, introducen, los hacen rodar, concentrados y con una capacidad de manipulación en desarrollo y satisfacción por la actividad.
Al mismo tiempo, en ocasiones se produce la interacción entre 2 ó 3 niños que comparten e intercambian el material.

¿QUÉ  SE TRABAJA?
En el juego heurístico el niño es el protagonista de sus aprendizajes (investiga, descubre…), parte de lo que sabe cada niño/a, facilita el aprender de él y de los otros. Favorece el aprendizaje por descubrimiento, el conocimiento de la realidad, la autoestima y respeta el ritmo y las necesidades de cada niño/a. El juego heurístico  también desarrolla capacidades cognitivas (comprender, relacionar, conocer…), perceptivas (visión, oído, tacto, gusto, olor), corporales (motricidad gruesa, fina), éticas (respetar, colaborar…),  afectivas (disfrutar, valorar, querer...), sociales (colaborar, compartir…).Los/as niños/as descubren a través de los sentidos las características de los objetos que manipulan, realizando así nuevos aprendizajes.

Con el desarrollo del juego heurístico se buscara desarrollas las siguientes capacidades:

- Dar un gran paso en la estructuración de su pensamiento.

- Aumentar la capacidad de comprensión verbal debido a que relacionan hechos y sucesos concretos con el lenguaje.
- Concentrar la atención en su propia actividad con los objetos y en las orientaciones que da la maestra.
- Conocer algunas propiedades de los materiales que manipulan y cómo se comportan éstos cuando entran en contacto entre sí.
- Trabajar de un modo autónomo, cada uno a su ritmo y con libertad para elegir los materiales.
- Experimentar sentimientos de éxito y satisfacción en su actividad.
- Valorar, conservar y respetar el material.
- Aceptar y respetar la presencia de otros niños.
- Poner en práctica un tipo de actividad que estimula la colaboración con el adulo.
- Mantener un ambiente de calma y silencio para un buen desarrollo de la actividad.
- Investigar, experimentar, hacer sus hipótesis a través de la manipulación del material.
- Percibir a través de los sentidos una gran cantidad de experiencias e información del entorno.
- Adquirir nuevos conocimientos a través de su propia acción
- Generar un ambiente exento de las agresiones mutuas que don frecuencia se producen en los niños de estas edades debidas a su gran movilidad y a su todavía incipiente capacidad de comunicación.
- Adquirir hábitos de trabajo.

¿CUÁL ES LA FUNCIÓN DEL ADULTO?

El adulto ha de estar presente físicamente para dar seguridad a los niños, pero no es necesaria su intervención. Al principio, les comunica el comienzo de la actividad y elige solo 3 ó 4 tipos de objetos (que irá variando en cada sesión) y los coloca de forma atractiva y adecuada. Pero a lo largo de la sesión su actitud es meramente observadora, salvo que se necesite su intervención en algún momento puntual para reorganizar el espacio o el material o mantener un clima favorable. Disponible, pero sin interferir en la actividad, sin verbalizar las acciones del niño, sin hacerle sugerencias. Los anima fundamentalmente a través de su mirada. A la hora de la recogida, su papel es algo más participativo. Cuando percibe que el interés decae, invita a los niños a introducir cada objeto en su bolsa correspondiente hasta que esté todo clasificado y recogido, aprovechando para indicarles el nombre del material, la cantidad y el lugar dónde se encuentra en relación con los demás objetos (debajo de, allí hay dos tapones, etc.).
La adulto se vera beneficiado en:
-La observación tranquila de las acciones de los niños sin intervenir en ellas.
-Un mejor conocimiento de cada niño y de su ritmo.
-Un enriquecimiento de la imaginación y la creatividad mientras recolecta los materiales.
-El aprender junto a los niños, dándose cuenta de sus posibilidades creativas.
-Una reflexión sobre la propia formación.
- Observará con tranquilidad la actuación de los niños y niñas, y de este modo conocerlos mejor.

 ¿Qué observa y por qué?
La educadora debe controlar tanto el progreso de los niños como la evolución de la tarea educativa que se ha propuesto.
Tiene que saber qué quiere conseguir, qué medios debe poner en juego, si se está obteniendo, o no, los resultados que pretendía y si estos resultados son los que necesitan todos y cada uno de los niños. Y saber qué modificaciones debe proponer en: duración de la actividad, material ofrecido, adecuación del espacio y su intervención en tanto persona adulta y al ambiente en general.
Cuestiones que pueden ayudar a reflexionar:
- ¿los niños son activos? ¿Combinan materiales, o se aburren y perturban el juego? ¿Por qué?
- ¿Tienen iniciativa propia para actuar o necesitan que la educadora les oriente y anime?

- ¿Se concentran en la actividad? ¿Se distraen? ¿Se dispersan? ¿Cuánto tiempo dura su concentración? ¿La actividad de cada niño es variada? ¿Encuentra nuevas posibilidades según el material o se estanca en un solo tipo de acción u objeto?
- ¿El material propuesto es el adecuado? ¿Hay demasiado? ¿Es insuficiente?. Cuando llega la hora de recoger, ¿qué es lo que entienden los niños que se les pide?
- ¿El ambiente es lo bastante tranquilo?

¿QUÉ MATERIALES  UTILIZAMOS?
El material se organiza en continentes y contenidos.
Los continentes son cajas de distintos tamaños.
Los contenidos son colecciones de tapones de corcho, rollos de papel higiénico, tapones de pástico, vasos de yogurt, botellas vacias, rollos de papel de cocina y pinzas de la ropa.




¿CÓMO SE DESARROLLA?
Al inicio de cada sesión, la educadora prepara el aula donde se desarrollará el juego apartando todo el material que no se va a utilizar y dejando espacio libre para los elementos del juego heurístico.
Selecciona 3 ó 4 tipos de objetos y saca de la bolsa las 25 unidades de cada clase de objetos, y prepara los contenedores.
En el suelo del aula, en 5 puntos equidistantes, coloca sendos “focos de material”. Cada foco está constituido por un puñado de objetos de los tres o cuatro tipos seleccionados y por algunos contenedores. Retira las bolsas, y se sienta en una silla y permanece sentado mientras va observando la actividad, preparado para intervenir cuando sea conveniente, y dando seguridad a los niños y niñas. Se ha de mover lo menos posible, sólo cuando sea imprescindible.
Esta actividad debe darse en un ambiente tranquilo que favorezca la concentración y la acción y que estimule la participación. El tiempo estimado de duración será entre 30 y 40 minutos, de los cuales se utilizan 20-25 minutos para el juego y el resto para organizar el material.
  El espacio del aula debe de ser lo más amplio y diáfano posible, evitando los materiales que pudieran distraer su atención. También es necesario crear un clima tranquilo con el menor número de interrupciones posibles.

PRIMERA PARTE: EXPLORACIÓN  Y MANIPULACIÓN
Los niños encuentran el material esparcido por el suelo, o bien observan cómo la educadora lo va esparciendo. Actúan libremente con los objetos, los exploran y los combinan a su aire de maneras muy diversas: meter y sacar, llenar y vaciar, abrir y cerrar, alinear, hacer que se deslicen, agrupar y separar, emparejar, colgar y descolgar, tapar y destapar, añadir y restar, apilar, encajar, vaciar, estirar, apretar, comparar, empujar o pulsar, girar, oscilar, modificar su apariencia.
Al combinar los materiales descubren que las cosas caben o no unas dentro de otras, se aguantan o se caen, unas son más grandes o más pequeñas, algunas ruedan y otras se mantienen quietas, encajan o no etc… De esta forma los niños van tomando conciencia de las leyes de la naturaleza (de la gravedad, del equilibrio), y de las propiedades de los objetos (dimensiones, volumen, peso).
Esta primera parte puede durar unos 20 o 25 minutos, a veces más. El tiempo viene determinado por el grado de concentración de los niños en la actividad. Cuando la atención de algunos niños empieza a decaer, es un buen momento para finalizar.
Al mismo tiempo puede haber excepciones, por ejemplo cuando resulta imposible conseguir un clima general de concentración se puede concluir aunque sólo hayan pasado 5 minutos.

SEGUNDA PARTE: RECOGIDA
Debe ser considerada como una actividad en sí misma y ahora si es el adulto el que dirige la actividad. Se lleva a cabo una vez terminado el periodo propiamente de juego y consiste en estimular a los niños a recoger todo el material y a guardarlo de forma organizada  dentro de la caja correspondiente; debería ser igual de tractiva que la anterior. Los materiales se recogerán por colecciones, cada colección de elementos irá en su continente correspondiente.
Es una continuación de la primera y es tanto ó más interesante que aquella ya que: ejercita la movilidad de los niños al trasladarse de un lado a otro para llevar las piezas, estructuran el pensamiento al clasificar los objetos por bolsas y “colocan” la palabra del adulto sobre cada uno de los objetos y acciones con las que interactúan.


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