Es una actividad que
aprovecha las acciones espontáneas de los niños y niñas, al tiempo que las
potencia. El niño aprende a descubrir por sí mismo las cosas, realizando
aprendizajes individuales ya que entre gran cantidad y variedad de elementos,
seleccionan, distinguen, comparan, los colocan en serie, apilan, introducen,
los hacen rodar, concentrados y con una capacidad de manipulación en desarrollo
y satisfacción por la actividad.
Al mismo tiempo, en
ocasiones se produce la interacción entre 2 ó 3 niños que comparten e
intercambian el material.
¿QUÉ SE TRABAJA?
En el juego heurístico el
niño es el protagonista de sus aprendizajes (investiga, descubre…), parte de lo
que sabe cada niño/a, facilita el aprender de él y de los otros. Favorece el
aprendizaje por descubrimiento, el conocimiento de la realidad, la autoestima y
respeta el ritmo y las necesidades de cada niño/a. El juego heurístico
también desarrolla capacidades cognitivas (comprender, relacionar, conocer…),
perceptivas (visión, oído, tacto, gusto, olor), corporales (motricidad gruesa,
fina), éticas (respetar, colaborar…), afectivas (disfrutar, valorar,
querer...), sociales (colaborar, compartir…).Los/as niños/as descubren a través
de los sentidos las características de los objetos que manipulan, realizando
así nuevos aprendizajes.
Con el desarrollo del
juego heurístico se buscara desarrollas las siguientes capacidades:
- Dar un gran paso en la estructuración de su pensamiento.
- Aumentar la capacidad de
comprensión verbal debido a que relacionan hechos y sucesos concretos con el
lenguaje.
- Concentrar la atención
en su propia actividad con los objetos y en las orientaciones que da la
maestra.
- Conocer algunas
propiedades de los materiales que manipulan y cómo se comportan éstos cuando
entran en contacto entre sí.
- Trabajar de un modo
autónomo, cada uno a su ritmo y con libertad para elegir los materiales.
- Experimentar
sentimientos de éxito y satisfacción en su actividad.
- Valorar, conservar y
respetar el material.
- Aceptar y respetar la
presencia de otros niños.
- Poner en práctica un
tipo de actividad que estimula la colaboración con el adulo.
- Mantener un ambiente de
calma y silencio para un buen desarrollo de la actividad.
- Investigar,
experimentar, hacer sus hipótesis a través de la manipulación del material.
- Percibir a través de los
sentidos una gran cantidad de experiencias e información del entorno.
- Adquirir nuevos
conocimientos a través de su propia acción
- Generar un ambiente
exento de las agresiones mutuas que don frecuencia se producen en los niños de
estas edades debidas a su gran movilidad y a su todavía incipiente capacidad de
comunicación.
- Adquirir hábitos de
trabajo.
¿CUÁL
ES LA FUNCIÓN DEL
ADULTO?
El adulto ha de estar
presente físicamente para dar seguridad a los niños, pero no es necesaria su
intervención. Al principio, les comunica el comienzo de la actividad y elige
solo 3 ó 4 tipos de objetos (que irá variando en cada sesión) y los coloca de
forma atractiva y adecuada. Pero a lo largo de la sesión su actitud es
meramente observadora, salvo que se necesite su intervención en algún momento
puntual para reorganizar el espacio o el material o mantener un clima
favorable. Disponible, pero sin interferir en la actividad, sin verbalizar las
acciones del niño, sin hacerle sugerencias. Los anima fundamentalmente a través
de su mirada. A la hora de la recogida, su papel es algo más participativo.
Cuando percibe que el interés decae, invita a los niños a introducir cada
objeto en su bolsa correspondiente hasta que esté todo clasificado y recogido,
aprovechando para indicarles el nombre del material, la cantidad y el lugar
dónde se encuentra en relación con los demás objetos (debajo de, allí hay dos
tapones, etc.).
La adulto se vera
beneficiado en:
-La observación tranquila
de las acciones de los niños sin intervenir en ellas.
-Un mejor conocimiento de
cada niño y de su ritmo.
-Un enriquecimiento de la
imaginación y la creatividad mientras recolecta los materiales.
-El aprender junto a los
niños, dándose cuenta de sus posibilidades creativas.
-Una reflexión sobre la
propia formación.
- Observará con
tranquilidad la actuación de los niños y niñas, y de este modo conocerlos
mejor.
¿Qué observa y por qué?
La educadora debe
controlar tanto el progreso de los niños como la evolución de la tarea
educativa que se ha propuesto.
Tiene que saber qué quiere
conseguir, qué medios debe poner en juego, si se está obteniendo, o no, los
resultados que pretendía y si estos resultados son los que necesitan todos y
cada uno de los niños. Y saber qué modificaciones debe proponer en: duración de
la actividad, material ofrecido, adecuación del espacio y su intervención en
tanto persona adulta y al ambiente en general.
Cuestiones que pueden
ayudar a reflexionar:
- ¿los niños son activos?
¿Combinan materiales, o se aburren y perturban el juego? ¿Por qué?
- ¿Tienen iniciativa
propia para actuar o necesitan que la educadora les oriente y anime?
- ¿Se concentran en la actividad? ¿Se distraen? ¿Se dispersan? ¿Cuánto tiempo dura su concentración? ¿La actividad de cada niño es variada? ¿Encuentra nuevas posibilidades según el material o se estanca en un solo tipo de acción u objeto?
- ¿El material propuesto
es el adecuado? ¿Hay demasiado? ¿Es insuficiente?. Cuando llega la hora de
recoger, ¿qué es lo que entienden los niños que se les pide?
- ¿El ambiente es lo bastante
tranquilo?
El material se organiza en
continentes y contenidos.
Los continentes son cajas
de distintos tamaños.
Los contenidos son
colecciones de tapones de corcho, rollos de papel higiénico, tapones de
pástico, vasos de yogurt, botellas vacias, rollos de papel de cocina y pinzas
de la ropa.
¿CÓMO
SE DESARROLLA?
Al inicio de cada sesión,
la educadora prepara el aula donde se desarrollará el juego apartando todo el
material que no se va a utilizar y dejando espacio libre para los elementos del
juego heurístico.
Selecciona 3 ó 4 tipos de
objetos y saca de la bolsa las 25 unidades de cada clase de objetos, y prepara
los contenedores.
En el suelo del aula, en 5
puntos equidistantes, coloca sendos “focos de material”. Cada foco está
constituido por un puñado de objetos de los tres o cuatro tipos seleccionados y
por algunos contenedores. Retira las bolsas, y se sienta en una silla y
permanece sentado mientras va observando la actividad, preparado para
intervenir cuando sea conveniente, y dando seguridad a los niños y niñas. Se ha
de mover lo menos posible, sólo cuando sea imprescindible.
Esta actividad debe darse
en un ambiente tranquilo que favorezca la concentración y la acción y que
estimule la participación. El tiempo estimado de duración será entre 30 y 40
minutos, de los cuales se utilizan 20-25 minutos para el juego y el resto para
organizar el material.
El espacio del
aula debe de ser lo más amplio y diáfano posible, evitando los materiales que
pudieran distraer su atención. También es necesario crear un clima tranquilo
con el menor número de interrupciones posibles.
PRIMERA
PARTE: EXPLORACIÓN Y MANIPULACIÓN
Los niños encuentran el
material esparcido por el suelo, o bien observan cómo la educadora lo va
esparciendo. Actúan libremente con los objetos, los exploran y los combinan a
su aire de maneras muy diversas: meter y sacar, llenar y vaciar, abrir y
cerrar, alinear, hacer que se deslicen, agrupar y separar, emparejar, colgar y
descolgar, tapar y destapar, añadir y restar, apilar, encajar, vaciar, estirar,
apretar, comparar, empujar o pulsar, girar, oscilar, modificar su apariencia.
Al combinar los materiales
descubren que las cosas caben o no unas dentro de otras, se aguantan o se caen,
unas son más grandes o más pequeñas, algunas ruedan y otras se mantienen
quietas, encajan o no etc… De esta forma los niños van tomando conciencia de
las leyes de la naturaleza (de la gravedad, del equilibrio), y de las
propiedades de los objetos (dimensiones, volumen, peso).
Esta primera parte puede
durar unos 20 o 25 minutos, a veces más. El tiempo viene determinado por el
grado de concentración de los niños en la actividad. Cuando la atención de
algunos niños empieza a decaer, es un buen momento para finalizar.
Al mismo tiempo puede
haber excepciones, por ejemplo cuando resulta imposible conseguir un clima
general de concentración se puede concluir aunque sólo hayan pasado 5 minutos.
SEGUNDA PARTE: RECOGIDA
Debe ser considerada como
una actividad en sí misma y ahora si es el adulto el que dirige la actividad.
Se lleva a cabo una vez terminado el periodo propiamente de juego y consiste en
estimular a los niños a recoger todo el material y a guardarlo de forma
organizada dentro de la caja
correspondiente; debería ser igual de tractiva que la anterior. Los materiales
se recogerán por colecciones, cada colección de elementos irá en su continente
correspondiente.
Es una continuación de la
primera y es tanto ó más interesante que aquella ya que: ejercita la movilidad
de los niños al trasladarse de un lado a otro para llevar las piezas,
estructuran el pensamiento al clasificar los objetos por bolsas y “colocan” la
palabra del adulto sobre cada uno de los objetos y acciones con las que
interactúan.
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